jueves, 6 de agosto de 2015

Centro BTT de Saucelle. Ruta 7: Camino del Molino de la Luisa

El despertador sonó muy temprano. Mañanear es la única forma de encontrar un oasis de frescura en este caluroso verano. Desayuné intentando memorizar el recorrido que aparecía reflejado en el ya desgastado folleto informativo del Centro BTT de Saucelle que tantas veces había visto estos últimos días. Me disponía a realizar la ruta 7, de algo más de 30 kilómetros y catalogada como de dificultad muy alta. Por suerte para mí esta pasa por Vilvestre y, además, al ser circular puedo iniciarla perfectamente desde aquí.


Comencé a pedalear en el momento en que los primeros rayos de sol acariciaban la superficie de estas tierras. El aire era fresco y no había nadie en el exterior. Demasiado tarde para los madrugadores granjeros y ganaderos, demasiado pronto para el resto de mortales, me dije a mí mismo. Me dirigí hacia la Plaza Mayor del pueblo, en cuyo centro, además de un enorme frontón, destaca un elaborado Rollo de Justicia del siglo XVI que servía en tiempos pasados para exponer a los reos a vergüenza pública y para mostrar los cuerpos de los ajusticiados. Sobre él descansa en la actualidad una cruz añadida posteriormente a una obra que dista mucho de ser aquel "pacífico" cruceiro que vi en su día.

Rollo de Justicia (Vilvestre)
Rollo de Justicia (Vivestre). La cruz fue un añadido posterior
Al cabo de unos metros abandoné el pueblo a través de una de sus innumerables pistas. El pavimento de fina y suelta arena seca se desplazaba rápidamente debajo de mí y se elevaba hacia los cielos en forma de una espesa nube de polvo que desde la distancia marcaba el rumbo que yo seguía. Un rumbo marcado por las rojas señales de ruta que indicaban el camino que debía seguir. Un camino, convertido ahora en sendero, que transitaba entre bellos ejemplares de encinas, a la sombra de los cuales descansaba el cansado ganado.


A continuación, la ruta se desvió a la izquierda por una estrecha senda tapizada por seca y dorada hierba y bordeada de enormes y erosionadas rocas graníticas. Descendí por ella, dirigiéndome hacia la parte baja del valle donde reposaba el molino. No lo veía, pero sabía que estaba cerca. El prado dio paso a un irregular y peligroso camino de enormes piedras que puso a prueba mi destreza con la bici. Mientras bajaba, pasé junto a un antiguo caño que hacía mucho que no albergaba agua en su interior. Cerca de él me esperaba el diminuto y bello molino.


Bajada al Molino de la Luisa (Vilvestre)
Caño próximo al Molino de la Luisa (Vilvestre)
El Molino de la Luisa es un antiguo molino harinero que se ubica junto al Arroyo de la Nava, un bello arroyo que deposita sus aguas en el Duero en un punto muy próximo al embarcadero de La Barca que os mostré hace algunos días. El molino, ahora restaurado, dejó de funcionar en la década de los sesenta y, aunque una gruesa puerta de madera nos impide el acceso a su interior, es posible contemplar su corazón a través de una ventana en la misma. Sin duda, es uno de los tesoros de Vilvestre. Un lugar de visita obligada.

El Molino de la Luisa (Vilvestre)
El Molino de la Luisa (Vilvestre) 
Como es lógico, no pude resistirme a inmortalizar este precioso rincón con mi cámara antes de proseguir mi camino. La ruta continuaba a través de un pequeño puente junto a la aceña, un puente bajo el cual el canal del Arroyo de la Nava se mostraba totalmente desnudo, sin agua, a causa de la fuerte sequía arrastrada durante los últimos meses. El camino de ascensión desde la vaguada, aunque corto, me resultó imposible de realizar enteramente sobre la bici, debido a las grandes rocas y desniveles que presentaba. Así pues, no tuve más remedio que poner los pies en el suelo y empujar a mi compañera de aventuras.



Tras salvarlo, volví nuevamente a una ancha pista en un punto muy cercano al monte Gudín. Una tras otra fui dejando atrás las diferentes señales de indicación de ruta, alternando zonas de bajada y subida (con alguna bastante dura). Para cuando llegué al punto en que la ruta atravesaba la carretera que une Cerezal de Peñahorcada y Vilvestre, el sol reinaba ya en lo alto del firmamento y el calor era más del que me hubiese gustado.




Proseguí mi camino. Circulé por una estrecha pista que discurre próxima a las omnipresentes antenas de Cerezal de Peñahorcada, que se erigen en lo alto de un promontorio granítico conocido como Los Peñeros. Desde él, es posible disfrutar de unas panorámicas inolvidables a través de una ventana tallada en la roca, a cuyos pies se extiende un bello bosque compuesto por diferentes especies del género Quercus. Mientras pensaba en que el lugar bien merecía su propia entrada, continué pedaleando. Así llegué hasta una antigua fuente tradicional situada al lado izquierdo de la pista, y en cuyas oscuras y profundas entrañas todavía albergaba algo de agua.



Fuente tradicional (Vilvestre)
Tras la foto de rigor continué avanzando. La pista por la que circulaba presentaba un buen firme y dibujaba una gran recta que se perdía en el horizonte. Pedaleé por ella rápidamente a través de enormes plantaciones de almendros que se extendían trazando largas hileras a mi alrededor y desaparecían más allá de lo que lograba alcanzar con la vista.


Unos pocos minutos después llegué a un punto en el que el camino se bifurcaba en dos. Ambos tenían el mismo destino: el centro BTT de Saucelle. Sin embargo, cada uno realizaba el recorrido por lugares distintos. El de la izquierda pertenecía a la ruta 6 y el de la derecha a la 7.

Bifurcación entre la ruta 6 y 7 del Centro BTT de Saucelle
Obviamente continué por la ruta 7, lo que me llevó a pasar de lo que inicialmente era una pista ancha y en buen estado a un estrecho sendero de pizarra suelta, cubierto por maleza y con numerosos desniveles. A pesar de ello, no me amilané y lo atravesé velozmente, dejando rápidamente a mi espalda las numerosas encinas y ciruelos que bordeaban el bello y sinuoso camino dibujado entre frágiles muros de piedra gris.



Superado este tramo, la pista volvió a mejorar y, tras unas cuantas largas subidas y bajadas bajo un sol de justicia, alcancé el asfalto muy cerca ya de Saucelle. Avancé a lo largo de la desierta carretera, que picaba y picaba hacia arriba, y alcancé finalmente el Centro BTT de Saucelle: el punto natural de partida y fin de esta ruta para los que aquí la comienzan. Pero yo, que había tomado la salida en Vilvestre, todavía tenía algo de camino por delante, así que tras rellenar el bidón en una fuente próxima continué el recorrido.


La velocidad aumentaba velozmente en el cuentakilómetros cuando descendí la carretera de vuelta a casa. Lo hice así durante algunos cientos de metros hasta que tuve que desviarme por una pista a la izquierda que me llevó a parar al famoso sendero GR-14, que discurría aquí como un calco de la zona llena de maleza que había atravesado anteriormente. Así pedaleé durante unos cuantos kilómetros, a lo largo de un camino técnico y duro por ocasiones, pero bello en todo momento. El tipo de camino que adoramos los que amamos la BTT y que me llevó a desembocar en Vilvestre, dejándome unas bellas imágenes para el recuerdo como las que os muestro a continuación.



Camino GR-14. Al fondo puede distinguirse Vilvestre y su famoso cerro del castillo

Información de la ruta: Centro BTT de Saucelle.

Aclaración: Como podéis apreciar en este link, la ruta 6 y 7 del Centro BTT de Saucelle comparten prácticamente la totalidad del trazado (excepto el Molino de la Luisa y la zona técnica de espesa vegetación y tierra suelta que os había comentado). Ambas son muy disfrutables, pero mi consejo es que de poder escoger realicéis la número 7, sin duda mucho más espectacular que la 6.

Información sobre la ruta. Fuente: Centro BTT de Sacuelle
Perfil de la ruta. Fuente: Centro BTT de Saucelle
Mapa de la ruta. Fuente: Centro BTT de Saucelle

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