martes, 10 de febrero de 2015

Hacia las Salinas del Ulló de Vilaboa

Habían pasado años desde la última vez que estuve en las Salinas del Ulló de Vilaboa (un precioso ayuntamiento vecino de Pontevedra). La noche anterior había dormido bastante mal, así que cuando "terminé de despertarme en la bicicleta" estaba ya en el lago de Castiñeiras, lo que me llevó a recordar que todavía tengo una publicación pendiente sobre este sitio. Eran algo más de las 9 de la mañana de un domingo azul y frío en el que los primeros rayos del sol proyectaban las sombras recortadas de la vegetación (eucaliptos, abedules, castaños y cipreses principalmente) sobre las mansas aguas del lago.

Tomé una pista de tierra con la intención de bajar a la Ría de Vigo, en cuya parte más interior se encuentran las salinas a las que me dirigía. Una salina simplemente es un lugar donde se deja evaporar agua salada para que precipite la sal que esta contiene en disolución. El camino que me llevaba a mi objetivo discurría entre zonas de piedra suelta, algunas otras embarradas y muchos tramos cubiertos por una alfombra de restos de vegetación. 


Las grandes masas de eucaliptos a ambos lados de la pista semejaban enormes palillos en vez de árboles como consecuencia de la intensa espesura y las inexistentes labores selvícolas en la zona, convirtiendo estos montes en un verdadero polvorín.



El eucalipto (E. Globulus en su mayoría) es una especie arbórea natural de Australia de la familia de las mirtáceas, que fue introducida en Galicia hace poco más de siglo y medio. Desde su desembarco su expansión fue enorme, multiplicándose de manera exponencial (sobre todo en zonas costeras) y convirtiéndose en una especie súper invasora que ha ido desplazando a las demás especies autóctonas hasta provocar el problema ambiental que tenemos hoy en día. 
Como la mayor parte de las veces, detrás de todo esto encontramos la acción del hombre y el dinero fácil. Muchos son los que se empeñan en culpabilizar al propio árbol, pero al fin y al cabo el eucalipto únicamente se comporta como un eucalipto. (Algún día escribiré largo y tendido sobre esta problemática).

Finalmente, abandoné los montes y acabé desembocando en la Iglesia de Santa Cristina de Cobres en el preciso momento en que las campanas llamaban a los fieles a misa. Desde aquí mi objetivo estaba a poca distancia, y por ello a los pocos minutos estaba ya en las Salinas.

Marismas en las Salinas del Ulló
Las Salinas del Ulló me resultaron espectaculares. Su belleza, sus sonidos, su historia y su biodiversidad, junto con todo lo que regala al que allí se acerca, merece mucho más que una simple reseña en este artículo y por ello espero poder dedicarle su propia entrada en los próximos días. Aún así, antes de que eso ocurra, os contaré que sus antecedentes se remontan al año 1637, durante el reinado de Felipe IV, y que comenzaron a ser explotadas en 1694 por el Colegio de Jesuitas de Pontevedra hasta casi el siglo pasado.

Salinas del Ulló
La zona presenta una gran biodiversidad
Al fondo de la imagen se puede observar el enorme dique de más de 300 metros
El proceso, a grandes rasgos, era el siguiente: La marisma se inundaba con la pleamar y el agua era retenida gracias a la construcción de un sistema de compuertas y diques de ¡casi un kilómetro! (el mayor, el cual encierra la bahía, tiene una longitud aproximada de 340 metros y es el que se puede observar en el vídeo que adjunto al final del artículo.) Finalmente, el agua atrapada tras los muros se evaporaba por la radiación solar, precipitando de esta manera la sal contenida en ella. 

Cruzando el gran dique
En la zona todavía se conservan los restos de antiguas edificaciones, como la llamada Granja de las Salinas, en la que aún se distinguen sus dependencias destinadas a la manipulación de la sal y demás productos. Por último, a finales del siglo XIX, en esta misma zona se construyó uno de los pocos molinos de mareas existentes en Galicia, los cuales aprovechan el movimiento de las corrientes del fondo de la ría para generar fuerza hidráulica. 


La experiencia había merecido muchísimo la pena, tanto que cuando me percaté, el tiempo se me había echado encima, por lo que tuve que dejar atrás las Salinas regresando por el Camino de Santiago y por la senda del río Gafos, un sitio que también es digno de admirar y disfrutar. Pero eso ya es una historia para otra ocasión...


Mapa de la ruta y perfil longitudinal


EDITO: Añado un link de una entrada posterior con más información: Las Salinas del Ulló (Vilaboa)


2 comentarios:

  1. ¡Bonita ruta!
    Curiosa referencia a las 'Salinas de Ulló' y a su explotación por el Colegio de Jesuitas de Pontevedra, de lo que esperamos más información.

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  2. ¡Muchas gracias! En breve publicaré una nueva entrada sobre este increíble lugar. :) ¡Un saludo!

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