viernes, 6 de febrero de 2015

Ruta de las Playas de Marín

Tenía muchas ganas de sentir el mar. Preparé la bici, salí de casa y puse rumbo a Marín, una pequeña villa marinera vecina de Pontevedra y con algunas de las mejores playas de las Rías Baixas. A los pocos minutos estaba pasando ya por el portalón de la Escuela Naval Militar, custiodado por dos soldados que presentaban batalla al intenso frío de estos días de febrero. Fundado en 1943, este recinto es el centro de formación para los futuros oficiales de la Armada Española. 

Buscaba el inicio de la Ruta de las Playas, un precioso recorrido que me llevaría por la costa durante una distancia aproximada de 8 kilómetros y medio (ida) desde la playa de Portocelo a la playa del Santo. Encontré su inicio en el aparcamiento de la playa de Portocelo, donde me detuve a tomar la siguiente fotografía. 

Playa de Portocelo
«Levé anclas» y continué mi recorrido. La siguiente parada era la playa de Mogor. Pensé que sería una gran idea pasar antes por el barrio marinero que lleva el mismo nombre para inmortalizar con mi cámara los famosos petroglifos que en él se encuentran, no sin antes detenerme en su fabuloso mirador, el cual nos ofrece una magnífica vista.

Playa de Mogor y Ría de Pontevedra desde la Barriada de Mogor
Laberinto de Mogor
De entre todos los grabados destaca uno llamado "El Laberinto de Mogor" que data del año 2000 a.C. aproximadamente y sobre el que existen multitud de interpretaciones. Tras un rato imaginando a estos artistas del pasado esculpiendo sobre las rocas de granito que tenía ante mí decidí continuar el camino.

La playa se sitúa a tan solo unos metros de aquí, así que bajé a la arena para sacar una instantánea.

Playa de Mogor
Reanudé la marcha en dirección a la playa de Aguete. El olor a eucalipto y mar impregnaba el ambiente y suponía una verdadera fiesta para el olfato. Dejé atrás este precioso arenal de fina arena blanca y aguas turquesas y me desvié al puerto deportivo que allí se encuentra. Los pequeños barcos que descansaban en él se mecían sobre la olas regalando una visión fantástica.

Barcos en el puerto deportivo de Aguete. Al fondo la playa de Aguete
Al otro lado, desde la escollera del muelle, pude contemplar el modesto islote de Chirleu, en el que distinguí entre las omnipresentes gaviotas algunas garcetas y cormoranes.

Islote de Chirleu desde el puerto deportivo de Aguete
Continué la travesía y pocos minutos después estaba en Loira. Su playa de arena dorada está circunvalada por un pequeño río y descansa a los pies del pueblo de Loira, erigido sobre una pequeña colina, creándose de esta manera un fabuloso paisaje.

Playa de Loira
NOTA: Llegado a este punto, el hasta ahora fácil camino se torna en una pista de tierra, ramas, barro, vegetación y piedras, por lo que tampoco es una mala idea poner fin a la aventura si no queremos complicarnos demasiado. Eso sí, si decidimos proseguir veremos más que recompensadas nuestras expectativas, debido a que transita paralelo a unos acantilados que nos ofrecen unas magníficas vistas.

Salí de Loira y proseguí por un camino de tierra paralelo a la costa. La panorámica en este punto es increíble a pesar de los restos de árboles calcinados que nos recuerdan la terrible lacra de los incendios en Galicia. Abajo, al final de los acantilados, los diminutos barcos que salen a faenar se asemejan a hormigas flotando en un mar azul intenso. Tras esto abandoné los acantilados para llegar finalmente a la playa del Santo (praia do Santo) la más desconocida de todas las que he recorrido, pero no por ello la menos valiosa. Y que posee como guinda del pastel una isla (a la que es posible acceder andando con la marea baja) en la que se encuentran los restos de una pequeña ermita del siglo XIII dedicada a San Clemente. Última foto. 

Playa del Santo con la isla del mismo nombre
La ruta había terminado. Ya solo quedaba regresar.


PD: Como siempre dejo un fragmento de la ruta (en este caso el camino de tierra que discurre entre la Playa del Santo y la de Loira) y un mapa de ella. ¡Hasta otra!



Mapa de ruta y perfil longitudinal

4 comentarios:

  1. Una ruta verdaderamente preciosa. Si no es en bici (ya que hay tramos en los que no me atrevo a meterme), me encantaría hacerla andando. Y las fotos, ¡¡de las mejores que he visto de la zona!!

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  2. Lástima que la distancia y las ya menguadas fuerzas para recorrer esta ruta en bicicleta nos impidan disfrutar de tan sugerentes paisajes. Pero quiero pensar que las fotografías nos dan cabal idea de la belleza de la misma.
    Comentas el petroglifo 'el laberinto de Mogor', esos grabados en roca del que dices existen muchas interpretaciones. No sería mala idea el conocer algunas de ellas.

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  3. ¡Hola! Muchas gracias por el comentario. La ruta se puede hacer andando perfectamente, además toda ella viene muy bien señalizada. Créeme cuando te digo que las fotos no muestran la verdadera belleza del lugar. ¡En vivo es impresionante! :)

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  4. ¡Hola Almanaque! Muchas gracias por tu comentario. Toma buena nota y en el futuro publicaré algunos artículos sobre los petroglifos, dólmenes y castros que pueblan esta zona.

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